Riobamba,
ciudad de primicias, nos transporta en la historia hacia la primera ciudadela urbana
y planificada del Ecuador. Avanzamos hacia el sur oriente de la ciudad,
circulamos por la calle Loja y de pronto, en frente de nosotros, se encuentra
el Arco de Bellavista invitándonos a ingresar por una amplia puerta imaginaria hacia
la historia de este barrio que conserva tantos atractivos de quienes cimentaron
en cada una de sus cuadras sus sueños, sus gustos… su futuro.
En la primera mitad del siglo XX, Riobamba
se convierte en la tercera ciudad del Ecuador, debido a factores tan
determinantes como: el paso del ferrocarril que unía Costa y Sierra, Guayaquil
y Quito; la Sociedad Bancaria de Chimborazo; la migración extranjera, entre
otras; mismas que contribuyeron al desarrollo cultural, social y principalmente
del comercio.
En el aspecto urbanístico, esta época
dorada marca adelantos trascendentales como la formación de ciudadelas,
debiendo urbanizarse varias fincas y haciendas. Es así que en 1924 los hermanos
Isidoro y Felipe Levy inician la
urbanización de la ciudadela residencial ‘Bellavista’ en los terrenos que fueron
de la hacienda La Trinidad.
Isidoro Levy, ingeniero, levanta y traza
los planos para la ciudadela con características modernas al estilo europeo y con
doce manzanas de residencias, todo con la modernidad de la época y la insignia
victorial levantada en dos arcos: el de ‘Bellavista’ y el de ‘La Trinidad’.
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